miércoles, 12 de noviembre de 2008

Tú solo quieres quererme cuando tu quieras...

No es que me esté quejando de amores... ¿o si? Es lo que escuché muchas, muchísimas, veces una noche de verano en la playa, en uno de los conciertos a los que acudí en la playa de La Victoria.
En principio íbamos a ver a Jarabe de Palo, y Los Delinquentes los teloneros. A los segundos no los conocíamos de nada, pero estuvieron haciendo pruebas de sonido y escuchamos esta canción unas 15 veces... hasta que ellos dijeron "oye, que tenemos más canciones, eh?". En ese momento ya la playa estaba canturreando la canción... Y cuando tocaron fue la apoteosis, conquistaron al personal (en ley estaban -estábamos- ya conquistados de los ensayos) y disfrutamos un gran concierto.
Luego llegó Jarabe de Palo, con sus letras cansinas y repetitivas, y su cansino estilo... que contrastaba con la frescura y descaro de los teloneros y, claro, el público se enfrió... a lo que ayudó las palabras que dedicaba Pau Donés intentando provocar la reacción del público, pero a su manera, una manera que no era la apropiada para esta ciudad... y es que aquí no suele gustar el que se toma demasiado en serio a si mismo...
Aquí están Los Delinquentes y su A la luz del Lorenzo



Poco tiempo después murió uno de los tres componentes, pero han resurgido con fuerza y ánimo, y una de las últimas cosas que escuché de ellos es esta canción del "supergrupo" G-5, formado con otros artistas de la misma cuerda como Kiko Veneno, Tomasito o Muchachito.

Aquí están G5, y sus 40 forajidos, una de esas canciones que no me canso de escuchar.

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