Hay canciones que recuerdo especialmente, las hay que recuerdo de forma agradable y las hay cuyo recuerdo no lo es tanto. Ésta es de las primeras, y eso que seguramente es la canción que más veces he escuchado de forma involuntaria. Escuchado entera y escuchado a trozos más o menos extensos. Escuchado a un volumen alto la inmensa mayoría de las veces, y es que hay canciones que te tienen que inundar para que te llenen. Y ésta es una de ellas.
Hubo una época nebulosa en mi vida. Nebulosa en el sentido en el que estaba inmerso en una serie de dudas existenciales que llenaron mi mente en una época no apropiada para ello (¿alguna lo es?).
Era una época, como en casi todas las de mi vida, en las que tocaba muchos palos sin decidirme por ninguno en concreto. La universidad se había convertido en algo que había dejado de ser atractivo para convertirse en fuente de pesadillas. La vida profesional se antojaba algo de necesidad inmediata, pero de ninguna salida concreta. En la que me dedicaba a participar, y ganar, concursos de emprendedores, pero con la certeza oculta de que aquello no era sino un paso más y no un objetivo accesible. Con lo que me lo tomaba como "deporte".
Mi vida sentimental era de una desolación esteparia (para variar) y sin visos de mejorar.
Pero me impulsaba adelante (sin dirección alguna) mi optimismo congénito y mi ánsia inabarcable de descubrir y conocer cosas. Y, ante todo, el apoyo de mis amigos era mi pilar fundamental para no acabar siendo una piltrafilla humana, teniendo, y manteniendo, mis ilusiones en ristre.
Una de mis ánsias de conocimiento estaba en el mundo audiovisual (mira tú por donde...) y muchas tardes me iba a casa de mi amigo Q., que tenía montado su equipo de montaje no lineal en el cuarto trastero de su casa con su tarjeta capturadora con manguera de conexiones y su pc... Y hubo una época en la que entró en un canal local de tv, y se puso a preparar la cabecera de uno de los programas. Una de las primeras que hacía. Usando 3D e imágenes reales... y ésta música... la que decía que eran tiempos misteriosos... y a fe mía que lo eran!
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