miércoles, 15 de octubre de 2008

con un sorbito de mp3

Por fin me decidí... a veces me acusan de ser muy precipitado en las cosas... otras de tomármelo con demasiada calma... y creo que esta vez ha sido de las segundas, quizás podría decirse que la calma fue excesiva... total, solo he tardado 3 años en pensárlo!!

Y es que para ciertas cosas soy muy exigente... aunque para otras no lo sea en absoluto... existe la duda de si tengo criterio... y yo creo que si (para eso opino yo... que para llevarme la contraria seguro que salen voluntarios/as)

Yo tenía claro lo que quería, el problema era que no le asignaba una "forma" a lo que quería... por lo que al existir una plena indefinición de lo deseado... pues como que no, que no lo adquiría...

Y es que normalmente soy muy impulsivo cuando me gusta algo, o cuando quiero algo que se relaciona con mis gustos... entonces no me paro en cavilaciones, simplemente me miro el bolsillo y me pregunto si puedo (monetariamente), la segunda pregunta accede al si "debo" (en conciencia). Hay veces que me gusta... que puedo (económicamente)... pero qne no adquiero porque mi "pepito grillo" particular me indica alguna objeción de tipo moral (si, tengo de eso). En tal caso me abstengo de adquirirlo ya que va en contra de alguno de mis principios (y si, de eso también tengo).

Esta vez podía y no existía ningún impedimento de tipo moral, es más, era una necesidad desde el punto de vista práctico (era sustituir algo roto), pero, asombrosamente, no encontraba nada que satisfaciera mis exigencias, y es que quería que fuese algo de un precio adecuado (a pesar de que estuve mirando de otros precios mucho más estratosféricos), y que cumpliese mis requisitos de calidad.

Y, si no os habéis perdido aún, os estareis preguntando... y de que leches está hablando Alter dando tantas vueltas???

Pues sucedió hace tres años, en Asturias, que un mal bache echó a perder el brazo que introduce el disco en el lector de CD de mi coche paterno, con el que me fuí de viaje al haber convertido un conductor despistado el mío en un coche un metro más pequeño que cuando me lo compré (hacía un mes escaso de eso...)

Obviamente se imponía un arreglo del mismo. El problema empieza cuando voy al concesionario Nissan correspondiente y me dicen que la radio es de una marca francesa (Clarion), y que tienen que mandarla allá para que lo vean y arreglen... y como que no me apetecía nada estar un tiempo sin escuchar siquiera la radio (alguna vez he de contar mi viaje de vuelta desde Asturias hasta mi Cádiz de mis amores, en 12 horas, yendo solo en el coche y con solo la radio como compañía)

Entonces toca plantearse la opción B, sustituir la radio. ¿Cual es el problema? la radio está integrada en el salpicadero, con lo que no es un tema tan sencillo de resolver. Había que sustituir parte del salpicadero por una pieza que admitiese una radio de tamaño estándar.

Y luego viene la opción peliaguda, la que me ha tenido esperando 3 años de cavilaciones: quería una radio que leyese mp3, pero no solo disco, que no se me acabase la capacidad de música (es habitual que te dejes olvidado el disco en la radio... y que ahí se quede semanas, asi que si me dejo algo puesto, pues que no se repita una canción en esas semanas), que fuese de una marca reconocida (el coche tiene 6 altavoces, asi que quería algo que estuviese a la altura) y que el precio fuese ajustado.

Y este verano me lié la manta a la cabeza. Le tocaba la revisión anual al coche de mi padre (la sexta), le acababa de cambiar las ruedas y le había puesto un manos libre fijo, así que le faltaba la guinda: la radio.

Dicho y hecho: llamé al taller para pedir cita durante las vacaciones, y avisé que me tuviesen preparada la pieza del salpicadero para ese día. Y el día de antes me fuí a comprarla a un Hiper del ramo. Dentro de lo que había escogí un modelo que me gustó, que tenía una conexión USB frontal, pero de tamaño estandar, para poder conectar un lapiz de memoria USB directamente.

También compré un lapiz de memoria de 2 GB, cantidad suficiente para meter una buena cantidad de canciones en mp3, escogidas según el criterio del "vámonos-que-nos-vamos". Es decir, al principio escogiendo, y luego al final volcando carpetas enteras de música. Pero partiendo de que salían de mi carpeta denominada "si", que son canciones que he escuchado, y que me gustaron cuando las escuché. Así me aseguraba de no meter canciones que no me gustasen (aunque no existe la certeza absoluta de que eso no llegue a ocurrir)









Y he decidido hacerme un propósito, de esos que son tan laxos que luego incumples sin cargo de conciencia, y es el usar la última canción que escuche antes de apagar el coche para hacer un post diario... o cuasi-diario... poniendo las sensaciones que te causa esa canción, o si te trae algún recuerdo...

Es el caso de esta noche. Una canción antigua (más incluso que yo), de la cual casualmente estuve hablando con una amiga hace pocas jornadas...



La canción es del año 1966... y es de un grupo pop español puntero por aquella época (me lo han contado, yo no había nacido...). Y aún así, me trae recuerdos, no por lo que haya vivido mientras la escuchaba (que podría) sino por lo que la canción cuenta... recuerdas tu primer amor (¿os habéis dado cuenta que el primer amor siempre es pretérito?)... a esa chica a quien besaste... aquella a quien amaste... te asaltan pensamientos de quien/como será la próxima chica a quien besarás... a la que amarás...

Te asaltan pensamientos sobre las imágenes que viste antes en el retrovisor. Ese coche que llevaba a esa familia. Él, conduciendo. Ella, junto a él, hablando por el móvil. El niño, detrás, suelto, jugando y fijándose en viandantes, conductores, coches y motos... y todos en sus burbujas indepientes, dentro de la burbuja más grande que es el coche.

Es lo que tiene el ser un ojo ajeno que ve una escena al vuelo. Te da una imagen... un instante en la vida de alguien... Te permite montarte tu historia y olvidarte de ella en cuanto te cruza por la mente algún nuevo pensamiento... alguna nueva idea... algún viejo recuerdo... mientras tú te tomas tu sorbito de abstracción... servida en mp3

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